ALBADA

¡Oh, que yo nunca pueda ser

libre del todo y mañanero

para juntarme al canto

de las alondras, que fluye

en el aire puro, alabando!


Un sueño triste me oscurece

el pensamiento

y me pesa el corazón cuando se estremece

todo lo viviente.


Ah, mientras el día sube en calma

y el calor dorado llena la mañana,

todavía soy como una cueva

fría donde regolfa un permanente sufrir!